miércoles, 16 de febrero de 2011

UN FIN

Detrás de la pared la lluvia kae mojando los sueños, bajo la piel la sangre fluye en torbellinos, sobre los ojos luces fluorescentes, la boka kallada, los oídos intentan atrapar los estruendos producidos por instrumentos maltratados y el korazón gruñe, se keja, afligido por su konstancia, a él le gustaría dejar de latir. Las manos entumecidas por el frio ya no escriben, los pies desfallecen tiritando una kanción triste, la memoria si funciona, las fantasías se crean, los vuelos despegan en llamaradas azules, imágenes en vaivén sostienen la respiración.

Kuerpo in mutis, vida kaida, babeada, cristales salen de unos ojos marrones, una sonrisa a media tinta trasfigura la piel arrugada, unos dientes de repuesto abren la ventana hacia un suspiro en forma de palabra, el sonido sale abrumador ensordeciendo el mundo y el anciano se chorrea, se diluye sobre piso reluciente. ¡Ahora es una mancha!… Los takones de la señora de la limpieza se eskuchan a lo lejos.

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