lunes, 16 de noviembre de 2009

Sanguijuelas

Suspenderé mis ojos con hilo invisible para no mirarte, mutilare mis dedos para no tokarte y koceré mi boka para no besarte. Mis entrañas palpitantes traicionarán la razón, el espejo se rompe violentamente en mi kabeza, un hilo rojizo desciende por mi kuerpo plateado, las plumas se desvanecen centellantes a mí alrededor y el sabor de la derrota se esmera por retorcer mi lengua sellada.
Un suspiro infinito sobre tu nuka ke devoraré kon el primer rasgo de luz, una karicia imperfecta deforma tu sonrisa perfecta, un beso de fuego devora tus entrañas… Y me reiré del titiritero ke hala la imaginación del muñeko virtual.
Grandes bokas se abrirán al abismo de tus piernas blankas komo las nubes, komerán de tu karne y beberán tu sangre disfrutando la belleza del sufrimiento.
Entre un sekito de almas atormentadas de rekuerdo, de pasado, de olvidos ke hallas insultando al kerer. Y el viento abaza mis garras, te kambia la realidad, trastorna tu vida, el ser se macilla. Crujen los huesos del suelo sobre el ke kamino presuroso hacia los brazos de la muerte.

2 comentarios:

Simón Domínguez dijo...

como sangre gaseosa se derraman los recuerdos de algo que nisiquiera ha pasado....
cerrar los ojos por un rato aveces hace que las cosas se vean diferente...

Salomé Andrade dijo...

sigamos el hilo rojo hasta que se acabe amor y ver que nos encontramos en el camino!