sábado, 5 de noviembre de 2011

Y ASI FUE…

Kon gasolina en la panza y ausencias en la cabeza Kain desarmaba los mundos magikos ke no lograba entender, admiraba sus manos en llamas y anhelaba la presencia de su otro yo. Narrando kuentos de lugares inexistentes a su hermano en el infierno; Kaos, ke eskuchaba atento, expectante de las transformaciones, komulgando kon la musika ke llenaba la habitación, al fondo estaba la puerta ke los separaba de los demonios del pensamiento ke se abria y cerraba en okaciones kontadas por la kuriosidad de sus habitantes. Mientras el dulce manto del señor de la ebriedad kobijaba tiernamente su piel, Kain empezaba a llorar de desolación de sentirse vacio, de creerse sus propias mentiras y de sentirse kulpable por su hermano. Kaos mas absorto en sus divagaciones pensaba en komo sabotear las verdades ajenas, en explotar los nichos de creencias y avanzar hacia el miedo extremo.
Kuando Kaos se dio cuenta Kain había clavado sus ojos en la pared, se había deskoyuntado las rotulas y jugaba kon la sangre ke brotaba de un korte recién realizado en su pecho. Risas amargas, solemnes una karkajada de Kaos y Kain sabia ke es momento de abandonar el suelo para empezar a girar y crear nuevas historias. Kaos por su parte dejo entre abierta la puerta a su salida para ke los demonios del pensamiento entren trankilos y habiten en Kaín.

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