Hoy keria ke mis muelas se llenen de karies y ke mis orejas sangren por la presión, hoy keria envolver mis futuros inciertos en un cigarro y fumármelos, keria tener la nariz fría y la respiración agitada, hoy keria encerrarme en la melankolia y bailar al son de su melodía triste y entonces… Te vi llegar con tus ojos de cocodrilo, tus dientes de konejo, tu pecho plano, tus piernas de pato y tu olor a kartón mojado, en una singular risa me revolké de la alegría en el suelo, de tu diminuta boka una voz chirriante dijo un Hola torpe. Yo ya inkorporado mirando tu singular figura te abrace un gracias y me fui, entonces ya no keria nada.
Tú te kedaste ahí mirando mi retirada pensando en ¿Kuándo será la próxima vez ke me llame?
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