GUANO

Subiendo por el camino polvoroso lleno de pencos, tunas y eucaliptos, cada paso me aleja del presente para hacerme viejo y sabio, el aire puro catalizador de imágenes de guerreros de soles y serpientes y la preciosa noche oscura como nunca va rasgando el firmamento y con ella los diminutos ojos que nos miran desde el espacio asoman y parpadean como enviándonos una señal, los pasos y el frío nos llevan a la casa que habla no sin antes mostrarnos unas juguetonas sombras que nos asustan en al larga entrada. La casa por dentro huele a conocimiento es rustica y las imágenes de los santos nos sonríen, el sol imponente de los ancestros nos mira con su único ojo.
Isis corre presurosa reconociendo el espacio maullando a la noche a la locura y al amor, pesadillas de tres días mas que miedo producen placer y ganas de dormir mas y soñar con otras nuevas-viejas realidades.
Desayunos de sol acompañados de tierra y el viento que inunda mis oídos en la tarde por que el se despierta tarde.
Jugueteos nocturnos con Dioses y animales, entradas a la locura y al quedarse, paraíso irreal con piedras talladas, árboles de capulí y letras sabias.
Grandes y majestuosas compañías de seres que habitan el desierto, la montaña, los espinos juguetones que nos abrazan como implorando quedarnos, los pájaros que nos saludan cada mañana, los abrazos y besos que reconfortan el alma, ganas de quedarse para siempre con todos y todo lo brindado. Ahí esta otra vez la cabeza que nos obliga a regresar a retomar el Kito azufre y con el las viejas prácticas. El tiempo que duró la magia del sueño lo disfrute sobre manera, me quedo con el olor a carbón y el sabor de las papas.

¡Gracias mil por kompartir un pedazo de tu paraíso konmigo!